jueves, 6 de octubre de 2016

LA CANCIÓN DE AYACUCHO


COMENTARIO

Por: Deysi Llamocuri Carrasco

Sin lugar a duda las canciones, la música, son parte de nuestra identidad cultural, una identidad que se transmite a través de los años y de la historia.
 Ayacucho vista como una región, quizá no tan integrado en lo económico o en las comunicaciones, pero que su unicidad se expresa sobre todo en el terreno de la cultura. El escritor  José María Arguedas, atribuye a los mestizos ayacuchanos la creación de la riqueza  cultural y el arte popular ayacuchano. La  canción ayacuchana es parte de nuestra identidad.
  
Son muchas las canciones, pero son pocas las que quedan al transcurrir los años en la mente y los corazones de los ayacuchanos.  Como es el caso de la Flor de Retama compuesta por el profesor Ricardo Dolorier, donde plasma lo ocurrido el 21 y 22 de julio de 1969, donde murieron decenas de personas defendiendo la gratitud de la enseñanza.  Una canción que se convirtió en el himno de todos los ayacuchanos y que hasta la actualidad es coreada por todos.
Al igual que “La flor de retama”, que fue compuesta a puertas de que se inicie el conflicto interno del año de 1980, muchas canciones se crearon en el proceso de esta, canciones como “El hombre”, huayno emblemático de Ayacucho, compuesto por el lamarino Ranulfo Fuentes Rojas, “Ofrenda”, “Viva la patria”, “Lluvia en el alma”, “Waranway wayta”, entre otras compuesta por  él también lamarino Carlos Falconi.
Canciones ayacuchanas que han sido compuestas en un momento de dolor y de tristeza por el que pasaba nuestro país. Se canta a la violencia, al sufrimiento, al dolor que vivieron y sufrieron a causa de Sendero Luminoso y los militares. Canciones  que están en los corazones de nuestros padres, abuelos, pero muchos de  los jóvenes desconocemos.
“En la plaza de Huamanga bombitas están reventando, en las calles de Huamanga balitas están lloviendo, mientras en las cárceles inocentes están pagando”

Canciones que nos reflejan la historia de Ayacucho, pero que en la actualidad  solo quedaron en el recuerdo.

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